Frederic Mompou

Estudió piano en el Conservatorio del Liceo de Barcelona. Más tarde, en París, perfeccionó ese instrumento con Ferdinand Motte-Lacroix y estudió armonía con Marcel Samuel Rousseau. La crítica d’Emile Vuillermoz aparecida en Le temps en 1921 le consagró internacionalmente. Permaneció veinte años en París, donde escribió Dialogues, Souvenirs de l’Exposition, Charmes, Preludios I-VI, 3 variaciones, Canción y Danza números 3 y 4, Trois Comptines, 4 Melodies y Le nuage.
Fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Barcelona (1979). Fue elegido miembro de la Reial Acadèmia de Belles Arts de Sant Jordi y académico de honor de la de San Fernando. Fué nombrado Officier d’Académie por el gobierno francés (1952) y Chevalier des Arts et des Lettres (1971). Obtuvo la Medalla d’Or de la Generalitat de Catalunya (1980) y, la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes.
Sintió una gran atracción por Debussy y la nueva escuela francesa, y estuvo claramente influenciado por Satie. Su ambición, conseguir la máxima expresividad con los mínimos medios, implicó la adopción de temas tradicionales y, virtualmente, su renuncia a las modulaciones y desarrollos. Pero toda su música nace del estudio a fondo de la sonoridad y, más concretamente, de la sonoridad pianística, puesto que toda obra de Mompou surge tras una búsqueda en el teclado de recursos de sonoridad que pueden ser analizados armónica y tímbricamente pero que obedecen a un primer impulso de pura sensibilidad sonora. Las obras pianísticas constituyen el núcleo más importante de su producción, siendo el corpus pianístico más importante producido por España en el siglo XX y uno de los más significativos de la música europea de su tiempo.